Cuando
decidimos tomar un cigarrillo en la mano por primera vez, no pensamos
en las consecuencias de ese simple acto. Pensamos que nos vamos a ver
más interesantes o más maduros, pero la verdead es que en ese
momento hacemos de tontos, y nos damos cuenta, tal vez muy tarde. Cuando vemos los efectos que la adicción al cigarrillo ha provocado en nuestro
organismo, es que pensamos, tal vez, en ese primer cigarrillo que nunca debimos llevarnos a la boca.
¿Qué
es el tabaquismo?
Es
la adicción, provocada por la nicotina (componente activo de los
cigarrillos), que
se ha desarrollado hacia el tabaco. La nicotina es un alcaloide
estimulante, de entre las muchas sustancias que contiene el
cigarrillo, que promueve la dependencia y el abuso en el consumo del
tabaco. Curiosamente, aunque la nicotina puede estimular la
producción de adrenalina en la sangre, a muchos personas les causa
un efecto sedativo.
El
consumo de tabaco ocasiona dependencia, tanto física como
psicológica, ya que actúa sobre el sistema nervioso central
creando efectos antidepresivos y calmando la ansiedad.
Desafortunadamente, estos efectos promueven esa dependencia dañina
que intoxica el organismo, afecta la salud, promueve la enfermedad y
reduce las expectativas de vida. Por tal razón, el tabaquismo es
considerado como una enfermedad que requiere tratamiento medicinal
como rehabilitación psicológica y re-educación social. Es una
enfermedad, que genera otras enfermedades y complicaciones.
Como
ocurre con todas las adicciones, el fumador pasa por un proceso o una
serie de etapas. Veamos cuáles son.
Las
primeras experiencias normalmente ocurren entre jóvenes de edad
escolar, sin distinción de género. En la mayoría de los casos, esa
primera vez puede ser desagradable. Como un mecanismo de defensa del
organismo, en el cuerpo se pueden manifestar distintas reacciones:
tos, naúseas, vómitos y otras reacciones. Estas primeras
experiencias pueden tener diversas razones: imitación de los padres,
presión de grupo, sensación de madurez, moda, etc.
Se
repite el intento nuevamente. Ya los efectos iniciales desaparecen.
La gratificación que se consigue por los alcaloides que contiene el
cigarrillo provoca un deseo progresivo de consumir los mismos. Esta
necesidad va en aumento con el tiempo, por lo que se van consumiendo
más cigarrillos diariamente. Ya se ha creado la costumbre.
Pasados
muchos años y un aumento de consumo de cigarrillos, el fumador ha
creado un estado de dependencia fisiológica y psíquica. El sistema
respiratorio, el sistema circulatorio central y el periférico pueden
estar presentando problemas.
Luego
de tantos años de consumo pueden manifestarse enfermedades como:
problemas cardíacos, problemas respiratorios, enfisema, bronquitis
crónica, cáncer (de pulmón, laringe u otras lugares). En mujeres
embarazadas, puede afectar la evolución normal de la gestación. Ya
en esta etapa, son denominados fumadores de alto riesgo, los cuales
deben abandonar el hábito de fumar imperativamente para recuperar
algunas deficiencias que ha sufrido el organismo, aunque puede ser un
poco tarde, para algunos, cuando la enfermedad ya ha aparecido.
Consecuencias
de fumar cigarrillos
Las
consecuencias de esta dependencia o adicción va a depender de varios
factores: del tiempo que lleve fumando, de la cantidad de consumo
diario de cigarrillos y de la tolerancia que el organismo tenga a los
mismos. Las consecuencias pueden medirse en inmediatas, a mediano y a
largo plazo.
Las
consecuencias inmediatas son: olor desagradable en el cuerpo, mal
aliento, manos y dientes amarillentos por la nicotina, menos apetito
por el cambio en los sentidos del gusto y del olfato, dificultad para
la realización de actividades deportivas por la disminución de la
capacidad respiratoria.
A
mediano plazo, puede manifestarse la bronquitis crónica (por la
destrucción progresiva de los pulmones), daños al corazón (por el
aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial), disminución o
eliminación de la actividad sexual, daños a la dentadura, posible
caída del cabello y daños a la piel (puede causar envejecimiento
prematuro).
A
largo plazo, las consecuencias del consumo de tabaco son:
enfermedades del pulmón irreversibles como el enfisema; enfermedades
cerebrovasculares como: hemiplejía (parálisis de un lado del
cuerpo), apoplejía (parálisis cerebral), paraplejía (parálisis de
la mitad inferior del cuerpo), etcétera. Y por último, la peor
consecuencia de este hábito es el cáncer, particularmente pulmonar, que es la principal causa de muerte relacionada al
tabaquismo.
Según
la OMS (Organización Mundial de la Salud): "La epidemia de
tabaquismo mata cada año a 5,4 millones de enfermos de cáncer de
pulmón, cardiopatías y otras enfermedades". Afirma que, "el
tabaco es la primera causa de invalidez y muerte prematura del mundo.
Está directamente relacionado con la aparición de 29 enfermedades,
de las cuales 10 son diferentes tipos de cáncer, y es la principal
causa del 95% de los cánceres de pulmón, del 90% de las bronquitis
y de más del 50% de las enfermedades cardiovasculares".
El
fumador pasivo
El
fumador pasivo es aquel que respira el humo del cigarrillo que otra
persona fuma o el humo exhalado por otro fumador. Esto es el humo
secundario, y según estudios realizados al respecto, este humo es
más peligroso y perjudiciar que el humo de primera mano. Se ha
probado que la mayor incidencia de cáncer del pulmón es debida a la
exposición al humo secundario. Estos fumadores pasivos presentan los
mismas posibilidades de enfermedades que los fumadores activos.
Mientras mayor es la exposición a este humo secundario, mayor es el
riesgo de enfermedad.
Así
que piénsalo mejor la próxima vez que tomes un cigarrillo en la
mano. No inviertas tu dinero para enfermarte, no compres enfermedad.
Si aún así decides fumar, hazlo solo, no comprometas la salud de
los que te rodean, porque en muchas ocasiones son los que tu amas y
los que te aman. Protégelos...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario