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sábado, 26 de octubre de 2013

Las mantis: esperan, engañan y devoran

La mantis es un insecto que es encontrado en casi todo el planeta, excepto en las regiones muy frías. Según los investigadores de estos magníficos depredadores, se han encontrado unas 2,000 especies, cada una de ellas con sus propias y peculiares características. Pueden medir desde 1/2 pulgada (1.27 cm) hasta 12 pulgadas (30.48 cm). Estos mántidos, que es como se conoce a este género de animales, tienen algo en común, su postura tan peculiar. Las mantis unen sus patas delanteras, quietas, inmóviles esperando su presa. De esta postura es que ha obtenido su nombre: mantis religiosa, porque parece que está rezando. Estando en esta posición, esperan con paciencia a su víctima, cuando está a su alcance, ataca, agarrándola con sus fuertes patas y devorándola inmediatamente.
Poderosas patas de las mantis

Las patas delanteras de las mantis son grandes y poderosas, con las cuales atrapan a sus presas. Estas patas están dotadas de unas espinas que evitan que las presas se escapen cuando han sido atrapadas. A pesar de ser un insecto de mediano tamaño, puede devorar presas más grandes, incluso a los de su propia especie. Este detalle demuestra su apetito voraz y su capacidad de cacería, figurando como uno de los cazadores más hábiles del mundo de los insectos.

Camuflaje para cazar
Mantis camuflada como una flor
Las mantis utilizan el camuflaje como un mecanismo de defensa y como un medio para obtener su alimento. El camuflaje lo utilizan muchos animales para pasar desapercibidos en el entorno en que habitan. Esta habilidad consiste en el disfraz, el engaño, la imitación. Su habilidad de camuflarse le permite confundirse con hojas, flores, ramas y hasta con hormigas, por lo que para distinguir una mantis en su entorno se debe ser un buen observador. Algunas mantis pueden imitar texturas, colores y formas.
Especie de mantis

Cuando la mantis está de cacería, se queda inmóvil, esperando que la presa se acerque lo suficiente para ella hacer su movimiento ofensivo y capturarla. Es muy rápida en sus movimientos y es tan voraz que inmediatamente comienza a comerse a su presa. A pesar de su habilidad de confundirse con el entorno y de su rapidez, la mantis no puede escapar siempre de sus depredadores.

El apareamiento de la mantis
La mantis religiosa tiene otra particularidad, que la ha hecho famosa, al igual que a la viuda negra, devora al macho después de aparearse. La mantis hembra es mucho más grande que el macho, y en la época de apareamiento se pone muy agresiva, por lo que para el macho es un tanto difícil escapar de ser devorado por ella. 

Devorando al macho después
del apareamiento
Por sus hábitos caníbales, la mantis es un insecto solitario que resultaría muy interesante observar. Verlas cazar o aparearse debe ser una experiencia extraordinaria. La naturaleza ha demostrado su sabiduría en los animales, porque desarrollan unas habilidades, o mecanismos que le permiten vivir y sobrevivir en un mundo tan salvaje donde prevalece la ley de comer o ser comido.



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