Desde
hace algún tiempo, me ha dado con pensar que nuestro planeta Tierra
es un organismo vivo, con sus órganos, sistemas... y que se comporta
como cualquier ser viviente. Tiene sus días buenos, tiene sus días
malos. Puede ser amable o temperamental. Hay días en que ni siquiera
nos agrada como se comporta. Y si fuese así, ¿qué lugar en ese
organismo ocuparíamos las plantas, los animales y nosotros, los
humanos?
Hum,
entonces... las plantas, los animales y los humanos vendrían siendo
microorganismos de ese organismo llamado Tierra. Aquí precisamente
es donde reside el problema. Todos los organismos están propensos a
ser invadidos por otros organismos, unos beneficiosos, otros
patógenos. Viéndolo desde ese punto de vista, las plantas y los
animales benefician al planeta, mientras nosotros, somos otro cuento.
Nos hemos convertido en organismos patógenos, que poco a poco
estamos enfermando, debilitando y destruyendo la Tierra.
Los
derechos de los homosexuales en el mundo
Para
nuestro planeta, esa sería una buena razón para exterminarnos, ¿no
creen? Debe cuidar su salud, y como cualquier organismo que lucha
contra una infección, en este caso infestación, está haciendo lo
suyo para sobrevivir. Además de las formas, un tanto bruscas, de
destruir masivamente la población, con sus desastres naturales,
nuestro planeta se ha dado cuenta que eso no ha sido suficiente y
está cambiando las estrategias. Tal vez para la Tierra, provocar
desastres naturales le requiera mucho esfuerzo y trabajo, así que
decidió por algo más sutil e imperceptible, pero notable y visible:
la homosexualidad.
¿Han
notado o se han percatado de la proliferación de homosexuales? Del
incremento de la comunidad gay. Y no es que antes no había, creo que
desde la creación del ser humano, la homosexualidad vino en el
paquete. De hecho, se ha comprobado que la homosexualidad nace con el individuo. Los homosexuales no se hacen en el camino de la vida, como
muchos quieren y ansían creer.
Bueno,
el asunto es, que vemos más a menudo niños que a muy corta edad ya
tienen su identidad o sus preferencias sexuales muy bien definidas.
Tenemos el caso de Lulú en Argentina, que habiendo nacido como
varón, a sus casi dos años decía ser nena y quería ser tratada y
vestida como niña. A los 6 añitos de edad, Lulú es legalmente
niña, convirtiéndose en la transexual más joven del mundo. En su
identificación se le cambió el nombre y el género al de una niña.
Este caso crea un precedente importante, por ser el primero en el
mundo, aunque no ha estado libre de controversia. Viendo este caso,
cabe preguntarse ¿por qué? ¿Por qué la proliferación de estos
casos, de la homosexualidad? Y... ¿por qué vemos como tantos
gobiernos están avalando los derechos de la comunidad gay?
Yo
tengo una teoría o una hipótesis, como prefieran. El planeta se
protege de la sobrepoblación, que a la larga podría agotar los
recursos del planeta, y por tanto su existencia. De alguna manera
solapada y sutil, la Tierra está haciendo que más personas sean
homosexuales, ya sea a través del agua, el aire, los alimentos o
cambiando nuestros genes muy inteligente e insospechadamente. Pues
creo que lo está logrando. Mientras más homosexuales, menos
posibilidad de crecimiento poblacional. Y no creo que nuestro planeta
nos quiera llevar hasta el exterminio, sino que busca un balance para
protegernos y protegerse. Debemos llegar a un punto armonioso donde
nuestro planeta no perciba a los humanos como microorganismos patógenos que
deban ser eliminados o erradicados. Por eso, la homosexualidad está
proliferando, porque es necesaria para la salud del planeta y para
nuestra propia supervivencia como especie.
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