El
asma es una enfermedad de las vías respiratorias que puede
manifestarse con inflamación, bronquioespasmos y obstrucción de las
vías de aire. Es una condición que puede ser causada por diversidad
de factores, incluyendo la herencia; tiene diferentes
manifestaciones clínicas y puede ser tratada con diversidad de
medicamentos. El asma es una las enfermedades pulmonares crónicas
causante de muerte, por lo que es importante tratar este tema, si la
persona que padece de asma es una mujer embarazada, ya que esta
condición se agrava en este estado. Según estudios realizados, en
1% al 4% de las mujeres embarazadas, puede haber una complicación
con asma bronquial.
Cambios
fisiológicos en el embarazo
Durante
el embarazo ocurren unos cambios fisiológicos en la mujer que pueden
predisponerla a problemas respiratorios, y si la mujer es asmática,
los problemas se pueden agudizar. Algunos de estos cambios son:
cambios en el sistema endocrino, cambios en la resistencia vascular,
cambios en la capacidad respiratoria. Los cambios endocrinos se
manifiestan con elevación de la concentración de estrógeno y
progesterona.
Estos aumentos provocan los bronquioespasmos y los
ataques de asma. Durante el embarazo puede ocurrir anemia (la
hemoglobina baja), por lo que el transporte de oxígeno disminuye,
haciendo que el corazón y los pulmones trabajen más para compensar
la deficiencia, causando el asma. A causa del embarazo, la caja
toráxica se ve disminuída, por lo que la función pulmonar y la
capacidad para obtener el oxígeno necesario se ve disminuído,
causando que el intercambio gaseoso no sea adecuado, llevando a la
embarazada a problemas de ventilación y de ataques asmáticos.
Importancia
de controlar la condición
Para
que una mujer embarazada sea diagnosticada con asma, debe presentar
sibilancia, tos y disnea, (aunque esta condición no es
necesariamente por asma). Por lo que es importante que si la
embarazada es asmática se deben tener unos cuidados, para prevenir
los ataques de la condición. Se deben controlar los síntomas,
mantener una función pulmonar lo más normal posible y evitar las
exacerbaciones agudas, lo que podría evitar las visitas al hospital,
evitando así poner en riesgo la salud de la mujer y del feto. Cuando
una mujer es asmática y está embarazada es importante y necesario
controlar la condición, porque de lo contrario podrían presentarse
complicaciones para la mujer y para el bebé.
Riesgos
del asma en el embarazo
La
mujer puede presentar pre-eclampsia o eclampsia, hemorragia vaginal,
labor prematura o paro respiratorio. Mientras que el bebé puede ser
de bajo peso, nacimiento prematuro, hipoxia fetal o aumento en el
riesgo de mortalidad perinatal. Con un monitoreo adecuado a la
embarazada y al feto, estas complicaciones pueden ser detectadas,
disminuyendo así los riesgos.
Por
tal razón, la embarazada que sufre de asma, debe educarse para poder
manejar la enfermedad durante su estado. Conocer los factores
precipitantes o desencadenantes de la condición para poder controlarlos. La mujer debe
aprender técnicas de respiración que le ayuden en caso de
presentarse un ataque de asma, al igual que técnicas de relajación
para disminuir la ansiedad. Además debe seguir adecuadamente las
recomendaciones y terapias requeridas para mantener al asma bajo
control.
El asma es una enfermedad que en muchos casos puede ser mortal si no se le da la atención necesaria. En el caso de las mujeres embarazadas esto puede poner en riesgo la vida del bebé también, si la mujer no conoce su condición y los cambios fisiológicos que su cuerpo experimenta durante el embarazo. Cambios que pueden predisponer a la mujer a sufrir de ataques asmáticos. Por lo tanto, es importante que conozca su condición, los riesgos que el asma le pueden acarrear a ella y al feto, para que aprenda a vivir y manejar la condición adecuadamente.
Ver video para conocer algunas técnicas útiles para relajarse.
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