Hagamos un análisis de lo que
aprendemos en la escuela. Para que conste, estos pensamientos surgen
cuando una sobrina me pidió ayuda para resumir el cuento de El
niño que enloqueció de amor. Yo, pues, quedé en una pieza. Un
libro publicado en el 1915 todavía es parte del currículo de las
clases de español. Claro... ese no es nada, tomemos El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha, publicado en el 1605, el cual
todavía leemos en la escuela. No estoy tratando de faltarle el
respeto o subestimar estas obras literarias. Pero... la pregunta es
¿nadie más ha escrito algo que valga la pena leer? Existen tantas
historias, cuentos, novelas que pueden ser muy llamativas para los
estudiantes. Libros de actualidad, que reflejen situaciones más
cercanas a nuestra vida. Esto resultaría interesante, y no esas
historias que para muchos son aburridas y que ni siquiera entienden.
La historia nos muestra guerras en distintas épocas de la
civilización, pero con iguales resultados: muerte y destrucción. Una muestra de que conocer la historia
no hace que aprendamos las lecciones que necesitamos. La historia o las ciencias sociales,
¿de qué nos sirven? Dicen que conociendo nuestra historia, podemos
forjar nuestro futuro. ¡Jummm!, tengo mis dudas. Otro dicho es que
cuando conocemos la historia, podemos evitar los errores pasados.
¡Jummm!, tampoco lo creo. Hay un refrán que dice: "nadie
aprende por cabeza ajena". Hemos visto a través de la historia,
como ésta se repite y se repite. La humanidad comete los mismos
errores una y otra vez. Vemos que desde los tiempos bíblicos, las
guerras, los genocidios han sucedido, potencias surgen y potencias
caen, todo esto por las mismas razones: poder, discrimen, dinero,
política, religión, etc. Sabemos que ha pasado en la historia, pero
volvemos a repetirla, porque nadie aprende por cabeza ajena.
En las ciencias aprendemos muchas cosas
interesantes, pero por otro lado, inútiles para quién no le interesan. Aprendemos desde pequeños, que la fórmula de agua es
H2O, ¡oh... muy bien! ¿De qué nos sirve este dato, si no sabemos
hacer agua? Mientras tanto mucha gente muere de sed porque aunque
saben que el H2O es agua, no saben como mezclar el oxígeno con el
hidrógeno y tener agua siempre en sus manos. Triste, ¿verdad?
Puedo seguir dando ejemplos, de por qué
la educación está mal enfocada. El que necesite saber de cálculo,
química, historia y otro sinfín de conocimientos para lograr una
carrera profesional, que la universidad se encargue de eso. Porque
los doce años que estamos en la escuela, dizque para prepararnos
para la vida universitaria, no nos ayuda mucho. Solo los grados
primarios nos prepararon para ese momento.
Así que... cambiemos las matemáticas
por aprender a ahorrar; la historia, por aprender valores humanos;
los análisis literarios, por amor a la lectura; y las ciencias, por
fórmulas para erradicar el hambre y las enfermedades.
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