GAVETAS

domingo, 19 de agosto de 2018

La escuela: una educación mal enfocada

"Si todas las personas del mundo se salieran de la escuela, tendríamos una sociedad mucho más inteligente" (Jaden Smith). Tal vez este joven tenga razón. Yo entiendo que los sistemas educativos o la educación pública está mal enfocada. La educación debe ser diferente, ser útil, placentera y no un cúmulo de cosas que para la mayoría, no tiene sentido ni valor. Creo que los grados primarios son los necesarios para que un ser humano pueda comunicarse y entender la vida adecuadamente. En estos primeros años aprendemos a escribir, a leer y a conocer cosas básicas que realmente son las que usaremos el resto de nuestra vida y que son verdaderamente útiles. Pero... y el resto de la enseñanza que nos dan, ¿para qué sirve? Bueno... sirve para tenernos en una escuela muchas horas al día, condicionándonos para que en nuestra vida adulta estemos dispuestos a pasar otras muchas horas trabajando. Eso es todo. Claro, es mi opinión.

Hagamos un análisis de lo que aprendemos en la escuela. Para que conste, estos pensamientos surgen cuando una sobrina me pidió ayuda para resumir el cuento de El niño que enloqueció de amor. Yo, pues, quedé en una pieza. Un libro publicado en el 1915 todavía es parte del currículo de las clases de español. Claro... ese no es nada, tomemos El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, publicado en el 1605, el cual todavía leemos en la escuela. No estoy tratando de faltarle el respeto o subestimar estas obras literarias. Pero... la pregunta es ¿nadie más ha escrito algo que valga la pena leer? Existen tantas historias, cuentos, novelas que pueden ser muy llamativas para los estudiantes. Libros de actualidad, que reflejen situaciones más cercanas a nuestra vida. Esto resultaría interesante, y no esas historias que para muchos son aburridas y que ni siquiera entienden.

La historia nos muestra guerras en distintas épocas de la civilización, pero con iguales resultados: muerte y destrucción. Una muestra de que conocer la historia no hace que aprendamos las lecciones que necesitamos. La historia o las ciencias sociales, ¿de qué nos sirven? Dicen que conociendo nuestra historia, podemos forjar nuestro futuro. ¡Jummm!, tengo mis dudas. Otro dicho es que cuando conocemos la historia, podemos evitar los errores pasados. ¡Jummm!, tampoco lo creo. Hay un refrán que dice: "nadie aprende por cabeza ajena". Hemos visto a través de la historia, como ésta se repite y se repite. La humanidad comete los mismos errores una y otra vez. Vemos que desde los tiempos bíblicos, las guerras, los genocidios han sucedido, potencias surgen y potencias caen, todo esto por las mismas razones: poder, discrimen, dinero, política, religión, etc. Sabemos que ha pasado en la historia, pero volvemos a repetirla, porque nadie aprende por cabeza ajena.

En las ciencias aprendemos muchas cosas interesantes, pero por otro lado, inútiles para quién no le interesan. Aprendemos desde pequeños, que la fórmula de agua es H2O, ¡oh... muy bien! ¿De qué nos sirve este dato, si no sabemos hacer agua? Mientras tanto mucha gente muere de sed porque aunque saben que el H2O es agua, no saben como mezclar el oxígeno con el hidrógeno y tener agua siempre en sus manos. Triste, ¿verdad?


Puedo seguir dando ejemplos, de por qué la educación está mal enfocada. El que necesite saber de cálculo, química, historia y otro sinfín de conocimientos para lograr una carrera profesional, que la universidad se encargue de eso. Porque los doce años que estamos en la escuela, dizque para prepararnos para la vida universitaria, no nos ayuda mucho. Solo los grados primarios nos prepararon para ese momento.

Así que... cambiemos las matemáticas por aprender a ahorrar; la historia, por aprender valores humanos; los análisis literarios, por amor a la lectura; y las ciencias, por fórmulas para erradicar el hambre y las enfermedades.

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